miércoles, 25 de septiembre de 2013

Te pongas como te pongas SEGUIREMOS BRILLANDO

Lo que sucede en nuestra vida siempre tiene que ver con nosotros mismos y la forma de afrontar lo que somos, no es evaluarnos en la visión que los demás tienen de nosotros. Somos más felices y tenemos una mayor autoestima cuando elegimos regirnos por nuestros valores, nuestra ética de la responsabilidad y nuestro diálogo interior.

Ser nosotros mismos debería ser nuestra mayor máxima. ¡Centrarnos en nuestro pensar, querer y sentir no es ser egoísta, es ser uno mismo! Agradar a los demás genera mucha presión y provoca actuar siempre bajo la máscara de la apariencia.

Debemos aplicarnos en descubrir nuestras capacidades, nuestro potencial, nuestras áreas de mejora, atreviéndonos a soñar, atreviéndonos a brillar y haciéndolo tanto como nos apetezca para sacudirnos complejos, trabas mentales e ideas paralizantes que nos impiden avanzar. Aplicarnos cada día en ser genuinos y no para dar gusto a los demás, invertir tiempo en conocernos para luego comprometernos en ser sin fingir, sin traicionarnos por quedar bien.

Hoy me arde en las venas el sentimiento de dedicar apenas unas letras a todos aquellos que insisten en que no brillemos y a la vez lanzar una invitación para que abandonen esa emoción tóxica y negativa llamada envidia, que en vez de ayudarles a defender su posición, la invalida.

Todos sabemos de esas personas agresivas que tienen una dosis de ironía amarga, que escupen cinismo sin ton ni son a su paso, que no pueden evitar la envidia porque respiran comparándose con todo el mundo,  que supuran de penoso deseo por ver perjudicados a los  demás. Individuos que faltos de amor abruman y pisotean cuando te cruzas en su camino, que increpan y maltratan, que insultan y acosan, que convierten su inseguridad en licencia para cobardes y que como no saben hacer frente al desafío de sus propias miserias, viven dominados por un ego enfermo. A todas esas personas incapacitadas para valorar positivamente a los demás, a esas personas y a otras aún peores, quiero decirles que pese a sus estrategias baratas no dejaremos de irradiar todo el potencial de luz que somos.

A esas personas tóxicas quiero decirles que nos seguiremos equivocando hasta por necesidad, hasta por obligación, hasta por responsabilidad pero que con nuestro entusiasmo y empeño el resultado final será que no dejaremos de brillar, porque somos de los que buscamos en nuestro interior la solución a nuestros problemas y nuestra felicidad en la de los demás.


A esas serpientes quiero decirles que las luciérnagas confiamos en nuestra guía interior y en la linterna de nuestra conciencia que nos alumbra porque deseamos ver. Decirles que aunque nos defrauden no les vamos a guardar rencor, porque nos hace más daño el rencor que sus ofensas. Decirles que nuestra fortaleza reside en llenar los días de alegría, en repartir sonrisas, en buscar la forma de ayudar a los demás, en compartir más, en aliviar el sufrimiento, en escuchar desde el corazón, en la honorabilidad de ser auténticos y en la dignidad de no ir contra lo que nos muestra el corazón, porque todo ello nos permite disfrutar de la vida y resucitar cuantas veces nos haga falta.


5 comentarios:

  1. Buenas tardes!

    Me ha encantado Nuria! Lo has bordado, y estoy totalmente de acuerdo contigo, la luz no elige donde resplandecer ni en quién. La luz es luz, aquí o allí, pero siempre ilumina donde debe y a quien debe. Desde la oscuridad es desde donde más se aprecia la luz externa.

    Enhorabuena por tu post!

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias!!!! no hay luz más brillante que la que irradia un amigo... esa luz clara, sincera...
      Un fuerte abrazo y gracias de nuevo por ser mi LUZ!

      Eliminar
  2. Bravo Nuria!!
    No es tarea sencilla conseguir brillar teniendo en cuenta con que sistema de valores hemos crecido. Pero el resultado, de asumir quiénes somos y disfrutar siéndolo, es el mayor regalo que podemos hacernos. Todos nosotros, incluso aquellos que solo se saben expresar con amargura hacia los demás y hacia ellos mismos, somos especiales, auténticos y necesarios. La cuestión está en que no lo sabemos y el miedo o la inseguridad provocan entre otras cosas nuestra envidia. Un posible tratamiento o remedio: leer, investigar, aprender, escuchar, quererse.
    ¡No deberíamos olvidar que somos nuestra mejor inversión!
    Gracias por hacernos pensar!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Excelente aportación la tuya Cristina, efectivamente todos somos necesarios y especiales, todos podemos brillar porque somos únicos, pero como bien dices debemos vencer nuestras inseguridades para lograrlo. Debemos trabajarnos desde el interior que es justamente desde donde irradiamos luz. Un fuerte abrazo para ti! Feliz con tu aportación!

      Eliminar
  3. Me ha encantado.¡Cuánta gente con deseos de apagar el brillo ajeno! A veces incluso es dificil localizarles para poder esquivarles.

    ResponderEliminar